lunes, 26 de octubre de 2009
Food love and passion...
jueves, 22 de octubre de 2009
¿Quien quiere ser mi heredero?
lunes, 19 de octubre de 2009
Damian
domingo, 11 de octubre de 2009
ÛřĢёŋċïąș
martes, 6 de octubre de 2009
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jueves, 1 de octubre de 2009
Mousse de mamey
Para Sara
Llego a comer al restaurante, el menú es de 4 tiempos según recuerdo, el postre siempre lo ordenamos al final cuando sepamos cual es nuestro antojo.
La comida pasa monótona, como siempre, las niñas comentan sus dramas de siempre una y otra vez, las nuevas experiencias sexuales, las infidelidades que se salen de control, el mal de amores…
Creí que todo sería igual y nada cambiaría mi rutina, tu en tu vida y yo en la mía intentando evitar evocarte… Nuestra mesera llega con la carta de postres, algo cambio en el ambiente, me quede viendo la carta pero no pase de la primera línea… “Mousse de mamey”…
Recordé todo lo que pasamos juntos, aunque no fue mucho… de lo bueno poco, todo termino tan abruptamente y sin explicación alguna… Jamás lo entendí… El mamey me recuerda a ti… tu jurabas que yo era tu mamey… tu morías por el mamey… Así como decías que morías por mí…Pff
Estando sumida en mi memoria, sonó el teléfono… eras tu… sentí como me picaba la nariz y se me humedecían los ojos… preguntabas si estaba comiendo con mis amigas, como te había dicho… al fin y al cabo, como buenos amigos que quedamos te cuento este tipo de cosas… preguntabas si estaba comiendo algo, te conteste que estábamos ordenando el postre, te comente que pensaba pedir un mousse... mousse de mamey, en honor a ti, aparentemente era EL postre… Casi a punto de terminar la llamada me preguntabas si estaba llorando, te conteste que no y en automático atribuí mi voz quebrada a una alergia que invente al momento, algo en tu voz me hizo sentir que no me creías; colgamos, trajeron el mousse, di una rápida mirada a mi interior para verme invadida por un sentimiento que no me explicaba y que no me dejaba probar bocado, sentí una mano en el hombro, jure que era Zara, que regresaba de hablar con Mauricio… al voltear te vi… con solo un clavel rojo en la mano, perfecto a tu propio modo, yo nerviosa empezaba a decir 5000 cosas apresurándome para retrasar el encanto y quedarme con una ilusión que quizás nunca sería realidad… Me decías “calla, déjame hablar…"
Me besabas larga y sorpresivamente como nunca lo hiciste, de una manera muy extraña, me hacías sentir más de un planeta en mi interior y me decías “perdóname… por favor perdóname, senti el mundo contigo y me dio miedo, te adoro…” en ese momento fui yo quien se asusto y hui de ti…
Entonces escuche la voz de nuestra mesera que me sacaba de mi ensimismamiento al momento en que preguntaba “¿están listas para ordenar?” desperté del todo de mi ensueño y, en efecto, pedí el mouse de mamey… Cuando lo probé era dulce al paladar, con una tulipa de semillas de amapola y una teja de caramelo, en conjunto era perfecto… trague el primer bocado y en el momento en que paso junto al corazón se convirtió en un amargo que quemaba mi interior…